Exclusión compartida: el drama de vivir en una habitación sin derechos ni estabilidad

Un estudio reciente realizado por un par de instituciones de prestigio ha revelado el problema en aumento de la exclusión habitacional en Cataluña, enfocándose en la realidad de miles de individuos que se ven forzados a alquilar habitaciones sin contrato. Esta condición, en lugar de ser una solución temporal, se ha transformado en una opción permanente debido a la imposibilidad de encontrar una vivienda adecuada.

El documento, denominado «Exclusión compartida. Vivir en una habitación en un contexto de exclusión residencial y social», se fundamenta en 62 entrevistas detalladas a 50 individuos y en cuatro grupos de debate con 36 participantes en total. Las conclusiones destacan la precariedad de quienes viven en estas circunstancias, enfrentando inseguridad legal, complicaciones para registrarse en el padrón y restricciones en el acceso a servicios básicos como la salud y la educación.

En 2023, más de 50,000 personas asistidas por las diez sedes de una destacada organización humanitaria en Cataluña residían en habitaciones arrendadas, un hecho que ilustra la gravedad del problema. Este tipo de exclusión habitacional impacta particularmente a familias monoparentales, jóvenes y migrantes, grupos que, debido a distintas circunstancias, son más susceptibles ante la crisis de vivienda.

La inestabilidad en el hogar no solo afecta la calidad de vida de los adultos, sino que también tiene efectos importantes en el crecimiento de los niños. Los niños que se crían en espacios limitados no tienen áreas adecuadas para jugar, estudiar o descansar, lo cual puede perjudicar su desarrollo emocional y cognitivo. Además, la falta de privacidad y las tensiones de vivir forzadamente juntos provocan un estado perpetuo de estrés y ansiedad, con consecuencias perjudiciales para la salud mental de toda la familia.

Un encargado del estudio resalta la importancia de trasladar este debate a la esfera pública para promover acciones que aseguren el derecho a un hogar digno. Entre las soluciones sugeridas en el informe figuran el aumento del parque de viviendas sociales, la regulación del mercado de arrendamiento y la implementación de incentivos para propietarios que ofrezcan alquileres a precios asequibles. También se enfatiza la urgencia de facilitar el registro oficial y fortalecer las redes comunitarias para reducir el impacto del llamado «barraquismo vertical».

El líder de una de las organizaciones involucradas en el estudio solicita a las autoridades que conviertan la vivienda en un derecho real y no en un activo especulativo. Es esencial asegurar espacios donde las personas puedan crear lazos, echar raíces en sus vecindarios y forjar comunidad. No podemos permitir que miles de individuos continúen viviendo en situaciones de precariedad y exclusión.

La problemática de la exclusión habitacional no se limita a Cataluña. En varias regiones, la crisis de vivienda está impactando gravemente a personas y familias vulnerables que enfrentan alquileres altos y condiciones de hacinamiento. Por ejemplo, en Salamanca, conforme al IX Informe FOESSA, más de 4,6 millones de hogares en España enfrentan dificultades relacionadas con la vivienda, destinando un 70% de sus ingresos al alquiler en hogares de menores rentas. Organizaciones locales han intensificado su apoyo con ayudas al alquiler y suministros básicos para mitigar esta situación.

La problemática de la exclusión residencial no es exclusiva de Cataluña. En diversas regiones, la crisis habitacional está afectando gravemente a individuos y familias vulnerables que deben lidiar con alquileres elevados y condiciones de hacinamiento. Por ejemplo, en Salamanca, según el IX Informe FOESSA, más de 4,6 millones de hogares en España tienen dificultades relacionadas con la vivienda, destinando un 70% de sus ingresos al alquiler en hogares de menores rentas. Organizaciones locales han intensificado su apoyo con ayudas al alquiler y suministros básicos para paliar esta situación.

Además de las acciones estructurales, es vital promover la concienciación y la solidaridad en la comunidad. Las redes de apoyo vecinales y las organizaciones sociales juegan un papel fundamental en la identificación y ayuda a personas en situación de vulnerabilidad habitacional. Fortalecer estas redes puede ayudar a reducir los efectos de la exclusión habitacional y facilitar la integración social de quienes se ven afectados.

La cooperación entre el sector público, privado y la sociedad civil es crucial para enfrentar eficazmente este problema. Es imprescindible formar alianzas que faciliten la puesta en marcha de soluciones innovadoras y sostenibles, como la promoción de modelos de vivienda cooperativa, la rehabilitación de propiedades desocupadas y el desarrollo de programas de alquiler social.

La colaboración entre el sector público, privado y la sociedad civil es fundamental para abordar de manera efectiva esta problemática. Es necesario establecer alianzas que permitan la implementación de soluciones innovadoras y sostenibles, como la promoción de modelos de vivienda cooperativa, la rehabilitación de inmuebles vacíos y la creación de programas de alquiler social.

En última instancia, garantizar el derecho a una vivienda digna es una cuestión de justicia social y respeto a la dignidad humana. Es responsabilidad de todos trabajar juntos para construir una sociedad más equitativa, donde nadie se vea obligado a vivir en condiciones de precariedad y exclusión.

Por Jaime B. Bruzual