La Liga inauguró 2024 en el Metropolitano. El estadio del Atlético fue escenario de un partido raro. El Atlético no ejerció de anfitrión, sino el Getafe, inquilino del recinto por una jornada de castigo. Sobre el equipo del sur madrileño pesó una sentencia que lo condenó en última instancia a un día de exilio por los actos violentos que se desencadenaron en una invasión de campo en final del playoff de ascenso que disputó al Tenerife en 2017. De aquellos hechos, ya históricos, derivó esta mudanza puntual en la que el Getafe cargó con un saco de maldiciones. En un ejercicio de rigorismo, el árbitro, Jorge Figueroa Vázquez, le expulsó tres jugadores, el primero antes del descanso. Favorecido por la ventaja numérica, el Rayo se impuso después de siete jornadas sin ganar. Lo contemplaron 11.000 espectadores, menos de la cuarta parte del aforo del campo.
0
David Soria, Damián Suárez (Omar Alderete, min. 69), Diego Rico, Djene (Mitrovic, min. 77), Gastón Álvarez (Aleñá, min. 68), Maksimovic, Mata (José Ángel Carmona, min. 57), Mason Greenwood, Luis Milla (Enes Ünal, min. 69), Juan Latasa y Mayoral
2
Dimitrievski, Luis Espino (Josep Chavarría, min. 45), Lejeune, Balliu, Aridane, De Frutos (Bebé, min. 86), Unai López (Pathé Ciss, min. 57), Isi, Óscar Valentín, Sergio Camello (Falcao, min. 74) y Kike (Nteka, min. 45)
Goles 0-1 min. 46: Sergio Camello.
Árbitro Jorge Figueroa Vázquez
Tarjetas amarillas Luis Espino (min. 3), Djene (min. 19), Juan Latasa (min. 22), Kike (min. 38), Mata (min. 54), Damián Suárez (min. 69), Omar Alderete (min. 82) y Pathé Ciss (min. 90)
Tarjetas rojas Mason Greenwood (min. 50)
Ambos equipos salieron al campo envueltos por una niebla húmeda y pegajosa. El Rayo, espoleado por la crisis de resultados. “¡Intensidad en cada jugada! ¡Intensidad los 90 minutos!”, gritaban los capitanes en el vestuario, antes de saltar al campo. El Getafe, acuciado por su disposición natural al frenesí, a defender lejos de su área y a evitar que se le descontrole el partido en cada balón dividido. Cada uno en su línea, los dos equipos jugaron bien. Milla manejó los tiempos de un lado en busca del punta Latasa, mientras que Isi Palazón y Kike Pérez elaboraron los ataques del otro bando. Con mucho mérito. No es fácil jugar entre líneas contra el Getafe y entre Isi y Kike tejieron jugadas verticales que aflojaron las piernas de los pivotes y los centrales rivales. Un tiro de Isi, despejado por David Soria, alarmó a los inquilinos fugaces del Metropolitano.
El Rayo acudió a San Blas cercado por problemas. Acumulaba siete partidos sin sumar tres puntos; Óscar Trejo y Álvaro García, probablemente sus futbolistas más desequilibrantes, permanecían lesionados; Raúl de Tomás, su nueve de más prestigio, se quedaba fuera de la convocatoria tras una temporada sin anotar un solo gol; y el equipo no podía romper con la sequía. El Rayo acumulaba más de 500 minutos sin batir la portería rival. La travesía terminó antes del descanso en el Metropolitano.
El árbitro expulsó a Latasa por doble amonestación tras dos codazos inocuos en sendos duelos. Corría el minuto 40. Con uno menos, el Getafe no consiguió frenar la circulación del Rayo. Bien gestionada por Kike, Óscar Valentin e Isi, el equipo de Vallecas invadió el área rival. Balliu remató en el segundo palo, Soria volvió a despejar, y Sergio Camello empujó el 0-1 tras ganarle la posición a Gastón Álvarez.
Greenwood, perdido en la traducción
Camello metió el 0-2 a los pocos minutos de la reanudación. Se aprovechó del magnífico cuerpeo de Randy Nteka, que acababa de ingresar al partido y se encontró con un balón llovido. Un pase de 60 metros que parecía no tener destino provocó el caos. El francés desequilibró a Djené, atrajo a Gastón Álvarez, y dejó solo a Camello, que dribló al portero con la derecha y puso el gol definitivo con la izquierda. “Da gusto empezar así el año”, dijo Camello tras el partido, “además en el Metropolitano, que fue mi casa durante tanto tiempo”.
El Getafe estaba noqueado cuando Jorge Figueroa Vázquez expulsó a Greenwood por protestar una falta a la voz de “what the fuck”. Si los jueces de la Premier expulsaran a todos los jugadores que emplean esa expresión el campeonato inglés debería echar el cierre. José Bordalás lo explicó tras el partido: “Sólo le ha dicho ‘no me jodas’, en ningún caso lo ha insultado”. El juez sevillano se sintió injuriado. Luego mostró la roja a Damián Suárez por protestar también, pero para entonces no había nada que disputar en la extraña mudanza al Metropolitano.
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